lunes, 20 de septiembre de 2010

El amor en la pareja - Tres palabras mágicas

La felicidad total depende de:

Primero: Si: el hombre mira a la mujer tal como es y dice "si, te amo tal como sos, asiento a que seas como sos"; y ella le dice lo mismo al hombre "si, asiento a vos, así como sos, te amo".

Se puede agregar: el hombre mira a la familia de la mujer y le dice: "si, asiento a tu familia tal como es".

Entonces la mujer se siente aceptada junto con su familia, y se siente segura con el hombre tal como es. Y lo mismo hace la mujer con el hombre y su familia.

A veces hay algo que se opone al si, y es la diferenciación de que una es mejor que la otra. Muchos creen que su familia es la mejor. Éso se mueve en el campo de la conciencia. Algo que es diferente. Diferente es igual de bueno.

Éso comienza con el hombre y la mujer. Ellos son distintos, por éso algunos hombres piensan que los hombres son más importantes y mejores. Y algunas mujeres piensan lo mismo de las mujeres. Y el gran crecimiento interior consiste en reconocer que las dos cosas tienen el mismo valor a pesar de ser diferentes. Es decir que amamos lo diferente por encontrarnos con una persona que es diferente, y reconocer que ella como mujer es buena por ser diferente, y que para él se vuelve valiosa por ser diferente. Y a la inversa de la mujer al hombre.

Por ésto que es diferente nos enriquecemos. La diferencia nos desafía a desarrollarnos. Y el crecimiento interior se da cuando podemos incorporar como bueno algo que es diferente.

El hombre crece si a la familia de la mujer le reconoce el mismo valor que a la propia. Es decir que ambos deben crecer al reconocer que la familia del otro es igualmente valiosa, aunque sea diferente.
Ese si es un si grande, que va más allá del individuo, y que incluye a su familia. Que también diga si a lo que los destinos de esas familias significará para la relación que comienza.

Cada vez más lo que está afuera se va incorporando, y con éso nos volvemos amplios y grandes; y de esa manera el hombre puede ponerse contento a través de su mujer aunque sea diferente. Incluso porque es diferente.

Algunos esperan la pareja ideal, esperan mucho, y en eso van perdiendo la felicidad.

¿Qué es la felicidad para el hombre? La mujer es como él y así no necesita cambiar. Ó la mujer es igual a la madre, y así no necesita cambiar.

Para la mujer es lo mismo. Así no hay desafío, todo puede seguir igual: el hombre es como ella, ó como su madre.

Segundo: Por favor: una vez que se han dicho si, dicen "por favor", sin agregar nada.

Cuando decimos por favor, sólo por favor, ¿qué ocurre en el alma del otro? ¿qué ocurre con el amor? ¿cuál movimiento comienza?. Comienza un movimiento para regalar desde el corazón, y en el otro comienza un movimiento de tomar.

Tercero: Entonces el otro le dice “gracias”. Luego de pedir viene el “gracias”, y luego comienza por el principio: si, por favor, gracias. Y así una pareja se hace feliz.

“Yo te amo, y amo a aquello que nos guía a vos y a mí, aunque nos guíe en diferentes direcciones”. O sea que a pesar de ser guíados por caminos distintos, el amor permanece